martes, 17 de febrero de 2009

ÚLTIMO CUARTO EN ESCORPIÓN Y AGUA

Me permito la licencia N. de publicarte en este blog de las lobas, de la luna y de las diosas.
Tu poema de tarde inviernal...con el que tanto yo también me identifico, lo has descrito a la perfección...Gracias hermana!

Mantra ying para una moza que así se lamentaba en una tarde de enero o plegaria de las retenciones, según se mire.

Átame.
Átame ahora y escucha:
cualquier cosa me sirve y me dará consuelo,
la pata de la silla,
la pata de esta mesa de madera de cedro,
que es pesada y oscura,
que conoce mi nombre y sabrá retenerme.

Lo ruego, ten clemencia, cuerpo mío:
que no me vaya volando,
que no busque otra coartada
ni las alas de lechuza con las que siempre me escapo.

Átame, cuerpo mío, átame o déjame manca,
y que mis dedos no busquen urgentes los teclados,
no busquen más palabras, si no obtengo respuesta.

¡Por qué yo! ¡Por qué yo! ¡Por qué yo!

Y aquí estoy siempre en las mismas.
No me dejes cuerpo mío,
no seas más yegua de troya,
ni me dejes, hoy, de nuevo,
mover ficha yo primera*.

(*Que espabilen los muchachos o espabilemos nosotras y será mucho más fácil encontrar a otros muchachos, digo yo(?)).
*rebeso revoltoso

2 comentarios:

Unknown dijo...

Buen poema.

Katty dijo...

Vaya!!!ya sé quién es "la moza"...menuda es esta Paimei..Je!